Taller en la escuela.

Que poco valor damos a lo cotidiano.La palabra, el sonido, el movimiento. Las circunstancias nos llevan a toparnos con ellas. Hace tiempo, Ana María, Maestra de mi hija, me empujó hacia esa realidad que nos rodea, “mire a su alrededor, me dijo,y con perseverancia comprenderá lo que pienso”. Me obligo casi, a ese desafío que empezó con el ejercicio de la observación, luego sin quererlo me instalo frente a los muchachos, vecinitos del barrio, y ejercitándome en un Taller de Ajedrez en la escuela. Aulas disponibles no había y como los alumnos eran muchos me ubicaron en el comedor, EL REFECTORIO, lugar apropiado para mi aprendizaje, lugar que conocí en todas las escuelas, en las número 61 con ese olor a caldito de madre, en la número 54, el mate-cocido de la tarde y en la número 27 los mantelitos limpios y el bullicio de los chicos por todas partes. En el San Emilio la biblioteca nos quedó chica y otra vez el comedor, los torneos y las partidas se mezclaron con el aroma a pizzas y empanadas, con las cuales nos agasajaba el “Chapu” Piñeiro, hombre sencillo, de ideas claras, como tantos otros, aquí en Villa Domínico, que son después personajes típicos de largometrajes y héroes anónimos de muchas historias. En el Hospital de Rehabilitación la motivación es distinta y la clase adquiere otro ritmo. Brazos y piernas no responden, los gestos reemplazan a los sonidos pero el tablero y las piezas, son el nexo que te permite respirar ese aire de los que piensan, y también aquí, el comedor se transforma en el lugar del Taller Ocupacional, y cuando los alumnos se marchan, Soledad, la auxiliar pedagógica es el motor que empuja la silla de ruedas y a derecha y a izquierda la toman del brazo dos niñas para sentirse mas seguras.Yo, regreso a Villa Domínico cargando mis tableros y al salir del Hospital o de las escuelas de Avellaneda una de las ideas que se cruzan, es agradecer aquel antiguo desafío. Entender el significado de la palabra, deleitarme con el sonido y observar el efecto transformador del movimiento.